Sin saberlo, estamos comiendo y bebiendo plástico. ¿Cuánto? Según un estudio, ingerimos el equivalente a una tarjeta de crédito por semana. De eso hablamos en este episodio de UnderPeriodismo. Además, qué leyes y proyectos hay para regularlo y cómo podemos cambiar nuestras prácticas.
Mirá acá abajo el episodio completo. Si no lo hiciste, valoraría mucho que te suscribas a mi canal de YouTube. Más abajo, comparto el guión completo del episodio y las fuentes de la investigación por si querés profundizar sobre el tema.
En esta oportunidad, el capítulo es una investigación que empecé a hacer hace mucho, junto a mi amiga Lucila Pinto. Juntos escribimos el guión y hoy finalmente se convierte en episodio.
Leímos papers científicos, notas, publicaciones académicas, hablamos con ecologistas, con especialistas en plásticos y hasta con representantes de Unilever, una de las empresa que más plásticos utiliza en el mundo. Esa charla, claro, fue en off: nadie quiso dar la cara pero sí hubo buen diálogo.
Es un capítulo incómodo porque su gravedad no es evidente ni brutal, es incómodo porque no hay sangre ni chillidos, y porque de algún modo es un problema al que abonamos y vamos a seguir abonando. Pero sabiendo un poco más, quién te dice, comience algo parecido a un cambio.
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Microplásticos
Guión completo del video
Hola amigos y amigas preocupadas por el mundo. Hoy en Underperiodismo vamos a hablar de un tema tan importante que en el momento en que lo diga vas a pensar en cortar el video inmediatamente. ¡Pero no lo hagas! La idea de este programa es demostrarte que algunos temas serios, tratados con rigurosidad también pueden entretenerte. Son apenas unos minutos en los que prometo que algo de tu vida vas a querer cambiar.
Hoy vamos a hablar de micro plásticos. Por ahí te suene medio abstracto, pero no hay nada más concreto en este mundo que el plástico. De hecho, probablemente sepas que es un elemento que puede tardar hasta mil años en degradarse en el caso de una botella o 150 años si se trata de una bolsa.
Pero además, su duración en el planeta no es el único tema delicado con los plásticos. Para muchos el problema es que contaminan nuestros mares, para otros que promueven el calentamiento global (hay estudios que indican que cuando los plásticos se descomponen emiten metano y etileno, dos gases de efecto invernadero), para otros el problema es el tipo de industria que se usa para fabricarlos… bueno, todo esto de algún modo es verdad. Pero quiero centrarme en otro aspecto.
Un estudio de la Universidad de NewCastle, en Australia, descubrió que por la presencia de microplásticos en el agua cada uno de nosotros podríamos estar ingiriendo el equivalente a una tarjeta de crédito por semana.
Imagínense que están en un restaurante y les traen su ensalada caesar y viene el mozo y les dice: un poco de plástico en su ensalada señor.
Bueno, eso es lo que entra a nuestro organismo cada semana. 1 por semana. 52 por año. ¡Imagínense que el cajero automático les comiera la tarjeta una vez por semana! Ahí sí nos indignamos, ¿no?
Estamos rodeados de microplásticos aunque no nos demos cuenta. Hablemos del glitter, tan de moda que estaba cuando se podía hacer fiestas.
El glitter está compuesto por partículas de menos de cinco milímetros de aluminio y un plástico que se llama tereftalato de polietileno, pero es más conocido como PET. El PET se puede reciclar, pero cuando fue usado para hacer una botella o un envase. Cuando fue usado para glitter, claramente, no. Cuando te bañás o cuando manguerean el piso después de una fiesta, termina ingresando al sistema hídrico. Y al ser partículas tan pequeñas, las plantas de tratamiento no llegan a filtrarlas.
Esa es una de las maneras en las que los microplásticos llegan al agua. Es un problema grave en todo el mundo, y también en Argentina. Ya hay estudios locales que así lo indican. El Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero y el CONICET están estudiando la presencia de microplásticos en toda la plataforma argentina y ya pudieron determinar que están presentes en la zona costera de la Provincia de Buenos Aires.
¿Cuál es el problema con que estén en el agua? Que llegan a los estómagos de la fauna marina, y eventualmente a nuestros propios organismos (donde seguramente se buscan entre ellos y forman tarjetas de crédito que flotan en tu estómago). Todavía se sabe poco y nada sobre los efectos negativos de los microplásticos en la salud humana. La ONU, de hecho, pidió expresamente que se investigue urgente cuáles pueden ser.
Repasemos. Te vas a bañar, el glitter cae al agua, se va por la cañería. Pero el glitter no es el único problema. Cuando te lavás los dientes también puede que estés jugando con microplásticos. Es que en la farmacia hay demasiados productos que los contienen.
Ahora bien, ¿tiene sentido su inclusión? ¿Nos quedan los dientes más blancos gracias a las pelotitas que van como un pin-ball de muela a muela?
Si en odontología no sirven para nada, y en cosmética hay alternativas incluso mejores para reemplazarlos, como la arena, estamos listos para eliminarlos de estos productos, ¿no? La buena noticia que tengo para darles es que ya hay un proyecto de ley con media sanción en la Cámara de Diputados que prohíbe producir, importar y vender productos cosméticos y de higiene oral con microperlas de plástico añadidas intencionalmente, a partir del 31 de diciembre de 2019 (eso les quedó un poco viejo y van a tener que actualizarlo, se nota que es prioridad este tema en la agenda legislativa).
En muchos lugares esta ley ya existe. En Estados Unidos durante la presidencia de Obama se prohibieron en productos cosméticos. Canadá en 2018 prohibió la producción o importación de productos para aseo personal que contengan microperlas de cinco milímetros o menos. El Reino Unido, Francia y Suecia siguieron caminos parecidos. También empresas se comprometieron a eliminarlos (como Unilever). Pero en Argentina no hay nada que lo regule todavía. Pero está este proyecto.
Supongamos que en algún momento se aprueba en el Senado y prohibimos los microplásticos. ¿Problema solucionado? Bueno, no. Los agregados intencionalmente a productos son solo una parte del problema. Hay otro tipo de microplásticos: los que se desprenden de plásticos más grandes, como bolsas y botellas.
Según datos avalados por la ONU, cada año ingresan a los océanos ocho millones de toneladas de plásticos. El ochenta por ciento de la basura que hay en el mar es plástico. Y hay hasta cincuentaiún trillones de partículas de microplásticos en los océanos y mares. Esto quiere decir que hay quinientas veces más partículas de microplásticos en el agua que estrellas en la galaxia. Y si seguimos como venimos, para 2025 los océanos van a tener una tonelada métrica de plástico por cada tres toneladas métricas de peces.
Esos son datos en el mundo, pero no hay mucha diferencia con lo que podría estar pasando en Argentina. En las playas de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, un estudio encontró que también acá el 80% de los residuos en el mar son plásticos.
Los niveles de conciencia se van alcanzando de a poco. En lo personal, recién hace muy poco empecé a separar los plásticos del resto de la basura, pero soy un desastre. Mi primera acción fue empezar a llenar botellas de plástico que ya tenía con agua de la canilla. Pero después me enteré de que esto no es lo mejor: la mayoría de estas botellas descartables no están pensadas para muchos usos y después de un tiempo empiezan a desprender microplásticos en el líquido que contienen. Hay que comprar botellas -aun de plástico- producidas para muchos usos.
El otro modo en que esos microplásticos llegan al agua es a través de la tierra y por culpa de un mal manejo de la basura.
Una buena noticia: ¡esto ya no es culpa nuestra! Pero, ¿de quién es culpa? Descubrirlo bien llevaría un programa entero:
El CEAMSE es la empresa que se encarga de lidiar con los residuos. Es una empresa creada por los estados de PBA y CABA para ocuparse del área metropolitana. O sea que si les vamos a reclamar a ellos, el resto del país bien gracias.
Después están los GIRSU (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos), que dependen de los municipios, que tienen potestad impositiva para este tema, pero a la vez:
La SAyDS coordina funciones de gestión ambiental con las provincias y municipios. Este rol se complementa a nivel provincial en una serie de organismos ambientales (ministerios, secretarías, o agencias) que cumplen funciones de prevención y protección ambiental en sus jurisdicciones y de control ambiental la gestión de residuos.
Hay una ley nacional de gestión de residuos sólidos, pero las provincias pueden dictar sus propias normativas complementarias.
A esto se suman los acuerdos internacionales y los proyectos financiados por organismos internacionales, como el BID.
Es decir, si querés salir ahora mismo a reclamarle a alguien gracias a este video, no sabría decirte bien a quién tenés que tocarle la puerta.
Bueno, imaginemos que solucionamos el problema del tratamiento de los desechos -lo cual ya está suponiendo un ejercicio de imaginación importante- ¿está solucionado el tema? ¡No! Muchos de los plásticos hoy existentes no son reciclables y simplemente van a seguir ahí… Por lo cual hay un problema mucho más grave aún.
Elegí este tema de entre muchos que me propusieron porque está lleno de paradojas. Unilever es una de las empresas que más plásticos usa en la Argentina y en el mundo. Según ellos, están preocupados por el tema pero no les es fácil resolverlo. Por ejemplo: ya tienen un producto hecho en botella de plástico reciclable, y tiene la intención de ir por el buen camino, pero probablemente ni te enteraste porque promocionar ese producto sería poner evidencia que es solo uno dentro de los otros miles que hay en su catálogo que aun no son reciclables. Si lo cuentan, tiran al bombo a sus hermanos de góndolas.
Así mismo, explican que el reemplazo para el plástico sería el vidrio, pero no hay suficiente producción el país. Así mismo, muchos de nosotros seguro compramos el repuesto en bolsita de plástico de algunos productos porque creemos que es más ecológico, pero no, porque esas bolsitas de plástico están hechas por capas y no son reciclables, entonces queriendo hacer un bien hacemos un mal.
Así mismo promovemos ir con un tupper a todos lados pero el tupper está hecho de plástico. Aun así es conveniente porque cambia la cultura del uso único, pero no deja de ser paradójico que una de las herramientas principales para acabar con el plástico sea el plástico. Es como decir: ¿amor, para dejar de ser infiel qué te parece si probamos con el poliamor?
Puede sonar absurdo, pero de algún modo el ejemplo es válido porque de lo que se trata es de cambiar la cultura de uso, el modo en que nos relacionamos… con el plástico, no con nuestras parejas, la cultura de un solo uso en esa materia ya es cuestión de cada cual…
Por eso es tan grande el problema del plástico… Este es el punto en el programa que llamo “Momento Verdad Incómoda”… porque solucionarlo depende de que estemos dispuestos a cambiar nosotros.
Ya lo intentamos con soluciones que no dependen de nosotros: una ley aprobada en el Congreso no alcanza y un sistema de gestión de residuos perfecto no solo es algo todavía muy lejano, sino que sigue siendo una solución paliativa, no de fondo. La verdad incómoda es que no hay un grupo de científicos o una conferencia de la ONU resolviendo el problema en este momento sin que vos te tengas que involucrar. Nadie lo va a resolver por vos o, mejor dicho, sin vos.
Digo, ¿realmente necesitamos pelotitas en la pasta de dientes? ¿Realmente necesitamos comprar una bolsa nueva cada vez que vamos al supermercado? Okey, me hago cargo, yo tengo mil bolsas de las buenas en mi casa pero siempre me olvido de llevarlas, y llego a super y termino comprando una más (que también está hecha de plástico). Lo acepto, eso es algo que tengo que cambiar… Pero va mucho más allá.
Había un meme que decía: si tan solo la banana viniera con su propio envase biodegradable… (se llama cáscara y existe desde que existe la banana).
Eso es literalmente así. La cultura de la producción indiscriminada es dañina y la única manera de cambiarla es consumiendo menos. Este otro podría ser el momento Pepe Mujica: (con voz imitación en joda) “todo lo que comprás pibe, lo comprás con tu tiempo, y el tiempo en esta sociedad capitalista está hecho de plástico”… Bueno, entiéndanlo al Pepe, está grande y radical.
Pero es verdad que hay que consumir menos plásticos para que las empresas lo produzcan menos. Y si no podés cambiar de hábitos, al menos preocupate por tu salud, y si no te preocupa porque solo se vive una vez, al menos preocupate por tus hijos, y si tampoco te preocupan al menos dejá de reírte de la gente que va con un tupper a la heladería para que no le den material reciclable.
Y si no podés consumir menos, ni preocuparte por tu salud ni por la de tus hijos, ni podés dejar de reírte de la gente que sí está intentando hacer un cambio…
Bueno, tal vez seas el tipo de persona que merece comerse una tarjeta de crédito por semana.
Créditos y fuentes
La investigación y el guión de este episodio fue realizada por Joaquín Sánchez Mariño y Lucila Pinto para Under Periodismo.
Fuentes de la investigación:
https://www.conicet.gov.ar/microplasticos-amenaza-invisible-de-los-mares/
https://www.diputados.gov.ar/proyectos/proyecto.jsp?exp=3847-D-2018
http://ecourbano.org.ar/noticias/noticias.php?id=azZRQmZhYkhJQjNmeXlLU29sdzI0QT09